SANGRADO

La pérdida de sangre del tracto gastrointestinal puede ser un problema grave y potencialmente mortal. En su forma más grave, se requieren acciones de emergencia por médicos especialistas en un medio hospitalario. Es importante valorar la condición general en la que se encuentra el paciente y la posible causa.

Las causas principales de sangrado de tracto gastrointestinal superior son; úlcera péptica, gastritis, várices esofágicas, desgarros de esófago por vómito, divertículos, malformaciones vasculares, infecciones y cáncer.

Generalmente es necesario realizar estudios de sangre. La endoscopía es el método más comúnmente utilizado para establecer la ubicación y la gravedad de la hemorragia. Este método permite también dar tratamiento a la causa. Es posible inyectar medicamentos en úlceras que sangran activamente o vasos, colocar ligaduras o clips para detener la hemorragia aguda o utilizar dispositivos de cauterización y láseres.

La endoscopía urgente está indicada en pacientes que presentan una hemorragia que no cede espontáneamente o en aquellos pacientes en los que se sospecha la causa de sangrado y puede tratarse como antecedentes de úlceras o várices esofágicas ya que podrá realizarse un tratamiento endoscópico para controlar el sangrado.

El sangrado del tracto gastrointestinal también puede ser lento e insidioso. A veces, las pruebas químicas de la materia fecal indican una pérdida lenta y sutil de la sangre.

Las personas que padecen sangrado gastrointestinal pueden no mostrar ningún síntoma, padecer anemia o notar un cambio en el color de las heces que indica pérdida de sangre.

Todos los casos de pérdida de sangre deben de investigarse. Por lo general la endoscopia es la herramienta más útil para determinar y tratar la causa de sangrado.

En ocasiones es necesario utilizar dispositivos especiales como enteroscopio y cápsula endoscópica para proporcionar un diagnóstico preciso.