El cáncer de estómago por lo general comienza en la capa que reviste las paredes del estómago y luego progresa penetrando a las capas más profundas hasta crecer a órganos circundantes como hígado y páncreas.
Los factores de riesgo son pacientes con historia familiar de cáncer de estómago, tabaquismo, obesidad, infección por Helicobacter pylori, deficiencia de ciertas vitaminas y consumo de alimentos ahumados y con sal.
Los síntomas suelen ser inespecíficos, los más comunes son nausea y vómito, dificultad para deglutir, ardor en la boca del estómago, pérdida de apetito, fatiga, distensión y en etapas avanzadas vómito con sangre.
Para el diagnóstico preciso es necesario realizar una endoscopia con toma de biopsia. Algunos estudios complementarios son el ultrasonido endoscópico (valora la profundidad del tumor), tomografía (valora extensión a otros órganos), estudios de sangre generales y marcadores tumorales entre otros.
El tratamiento en etapas iniciales puede tratarse por medio de endoscopia realizando una resección de mucosa afectada. Una vez que invade más allá de las capas superficiales se requiere cirugía para extirpar el estómago y realizar una reconstrucción. Es frecuente que además se requiera de radioterapia y quimioterapia.