La gastritis es la inflamación y/o irritación de la mucosa que recubre el estómago. Puede ocurrir de forma aguda, gradualmente o ser crónica.
La gastritis puede ocasionarse por muchas causas como: consumo excesivo de alcohol, irritantes o ciertos medicamentos como aspirina o desinflamatorios. Presentarse por una bacteria llamada Helicobacter pylori que normalmente vive en la mucosa del intestino pero que puede ocasionar úlceras y se ha asociado a ciertos tipos de cánceres gástricos. Tener reflujo biliar. Infecciones por virus y bacterias y algunas enfermedades autoinmunes.
Los síntomas pueden variar de persona a persona pero también pueden encubrir condiciones de salud más graves o malinterpretarse como síntomas normales. Es común sentir un ardor o sensación de quemadura en la boca el estómago y puede acompañarse de nausea, vómito, hipo, distensión, sensación de opresión de pecho y en casos severos presentar incluso sangrado manifestado como vómito con sangre o heces obscuras.
El abordaje diagnóstico se hace inicialmente con un interrogatorio y una exploración física detallada también pueden hacerse pruebas de aliento, sangre y heces pero en muchos casos la endoscopia es el estudio ideal para estudiarla ya que con una cámara se mira toda la mucosa del estómago y pueden tomarse pequeños fragmentos de tejido para su análisis microscópico.
El tratamiento debe de individualizarse y pueden ser sólo cambios en los hábitos alimenticios, suspensión de ciertos medicamentos, antiácidos, protectores de la mucosa, antibióticos etc.
La mayoría de los casos de gastritis mejoran una vez que se inicia el tratamiento correcto.