El intestino delgado es el principal sitio de digestión y absorción de nutrimentos. Mide aproximadamente 6 metros y hay múltiples condiciones que pueden afectarlo.
La obstrucción intestinal es la obstrucción mecánica del intestino delgado. En un 75% de las veces se relaciona a adherencias intraabdominales por intervenciones quirúrgicas previas. Se manifiesta con intolerancia a la vía oral, vómito, deshidratación, alteración de electrolitos en suero, dolor y distensión abdominal.
Otras causas de obstrucción son tumores, hernias, rotaciones anormales del intestino, enfermedad inflamatoria intestinal, divertículos y hematomas.
Los estomas (derivación de intestino hacia la piel) son parte de muchas intervenciones quirúrgicas. Su elaboración y cuidado es fundamental para la calidad de vida de los pacientes y re intervenciones futuras. Pueden presentarse complicaciones tempranas y tardías en el segmento de intestino exteriorizado, la pared abdominal y la piel.
La reconexión o restitución de tránsito intestinal busca restablecer la anatomía inicial del intestino. Existen dos enfermedades inflamatorias crónicas del intestino: colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn. Se sabe que hay un componente inmunológico involucrado en la fisiopatología, sin embargo no se ha logrado establecer con claridad una relación causal.
Las biopsias de colon son útiles para diagnosticarlas y distinguirlas. La diarrea es un síntoma común y también suelen presentar manifestaciones extra intestinales. Desafortunadamente son enfermedades crónicas sin cura, el tratamiento se basa en su control estricto y atender las diversas manifestaciones y secuelas clínicas que se vayan presentando.
Las fístulas son comunicaciones aberrantes de un órgano hueco como intestino, vías biliares, conducto pancreático etc hacia otro órgano o hacia la piel. Éstas pueden condicionar desequilibrio hidroelectrolítico, desnutrición, laceración de la piel, infecciones recurrentes entre otras.