La vesícula biliar es un órgano que se ubica en el borde inferior del lecho hepático. Tiene como función concentrar y almacenar bilis para ser arrojada en el intestino al poco tiempo de ingerir alimentos.
El hígado produce aproximadamente 600 ml de bilis al día. La vía biliar es una amplia red de conductos que dirigen ésta bilis hacia el intestino necesaria para la digestión. La formación de piedras en la vesícula es común ya que la bilis tiende a precipitarse.
Estas piedras pueden condicionar inflamación y/o obstrucción de la vesícula y ocasionar un cuadro de colecistitis aguda. Pueden migrar hacia el intestino y obstruir la vía biliar (coledocolitiasis) y pueden interrumpir la salida de las secreciones del páncreas ocasionando su inflamación (pancreatitis).
El embarazo, la obesidad, enfermedades sanguíneas, ser mujer, antecedentes familiares etc. son condiciones que favorecen la formación de éstas piedras. Tener piedras en la vesícula puede progresar a complicaciones aún más graves relacionadas con éstas.
Dos terceras partes de los pacientes que tienen piedras en la vesícula manifiestan cuadros recurrentes de dolor (colecistitis crónica). Éste se localiza en el borde superior derecho del abdomen que se irradia hacia la espalda, se desencadena con la ingesta de alimentos principalmente grasosos y frecuentemente se acompaña de nausea y vómitos.
La vesícula debe removerse (colecistectomía) como tratamiento de los cuadros repetidos de dolor e inflamación, cuando hay pólipos >1cm en su interior, cuando hay sospecha de malignidad y para prevenir complicaciones como coledocolitiasis y pancreatitis.